Resistencia, Chaco – El 27 de abril, una mujer denunció que le vaciaron la casa: dólares, efectivo, joyas, una tablet Lenovo y hasta un Kindle Scribe (sí, aparentemente hasta los ladrones leen). ¿El botín? De película. ¿Los ladrones? Más fáciles de rastrear que el delivery de empanadas.
Gracias a un trabajo en conjunto de la División Delitos Contra la Propiedad y la policía correntina, la trama se fue desarmando como política pública en año electoral. A través de cámaras, datos de la DNRPA y algo de olfato policial, detectaron que los sospechosos huían cruzando el Puente General Belgrano en un Volkswagen rojo. Clásico. Discretos no eran.
El 6 de junio, el primer implicado fue interceptado en Corrientes. Allanan su búnker estilo “camino a La Tosquera” y encuentran: el auto del atraco, un revólver .22 (muy "vieja escuela") y cartuchos. Fin del juego para el primero.
Pero faltaba el segundo. El 3 de julio, casi como si estuviera yendo a comprar un pancho, cayó el otro sospechoso en pleno asfalto correntino. Se ve que no le avisaron que las cámaras no perdonan, y que los autos colorados en la huida no son buena idea.
Ahora se gestiona su extradición a Resistencia, donde enfrentará cargos por robo agravado. Y mientras las autoridades ya se cuelgan la medalla de “caso esclarecido”, no descartan que haya más implicados. Porque como en toda buena película de atracos… siempre hay un cómplice suelto.